Desde hace años los religiosos y religiosas como parte social de la Iglesia han asumido la labor de protección y educación de niños y niñas en situación de desamparo o abandono. Esta tarea que desde los orígenes se ha realizado exclusivamente por opción vocacional ha supuesto un recurso eficaz para ofrecer a niños y niñas con graves problemas personales, sociales y familiares, una vida más digna.
A finales de los años 90 comenzamos a estudiar la idea de formar una entidad que nos agrupara y ofreciera unos servicios que ayudaran a mejorar la calidad de nuestros centros. También la Administración (concretamente la Dirección General de Infancia y Familia de la entonces llamada Consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía) nos alentó a trabajar unidos puesto que una organización así, evitaba la multiplicidad de reuniones, facilitaba el diálogo y garantizaba una igualdad en las prestaciones y servicios por parte de la Administración andaluza.
Así pues, la Asociación Andaluza de Centros Católicos de Ayuda al Menor (ACCAM) nace en el año 1999 con el deseo de aunar criterios de actuación en los Centros de Protección de Menores de Andalucía, regentados durante décadas por religiosos y religiosas de distintos Institutos o Congregaciones religiosas, y por otras entidades que comparten criterios de actuación.
Esta entidad se crea con el esfuerzo de los/as Directores/as de Centros de Menores y gracias al apoyo y el impulso de los Provinciales o Superiores Mayores de cada una de las Congregaciones a las que los/as religiosos/as pertenecen, todos ellos agrupados en la Unión Regional de Provinciales de Andalucía (URPA).