Mi nombre es Belén, tengo 28 años y vivo en Málaga. Soy Trabajadora Social y desde pequeña he estado en contacto con el colectivo de menores en protección, ya que mis padres han sido acogedores durante mi infancia y adolescencia. Gracias al contacto con estos menores, he sido consciente desde muy joven de la realidad de muchos chicos y chicas que viven fuera del entorno de la familia biológica.
En 2020 tuve la suerte de conocer esta realidad aún más de cerca, trabajando en el Hogar San José de la Montaña. Allí, he pasado tres años conviviendo y acompañando a los y las menores de este Hogar.
En 2023, al cambiar de trabajo, decidí no querer desvincularme de este Hogar y comenzar mi voluntariado dentro de la red de ACCAM.
¿En qué consisten tus actividades como voluntaria?
Mi actividad como voluntaria se basa en el acompañamiento de los/as menores del Hogar en su actividad diaria. Gracias al vínculo existente con los chicos y las chicas, tengo la oportunidad de formar parte de sus actividades de ocio y tiempo libre.
A veces se sufren prejuicios o estereotipos sobre los menores en centros de protección, ¿los has constatado alguna vez?
Por supuesto que hay prejuicios, de hecho cuando estás en contacto con estos menores, te das cuenta de hasta qué punto la sociedad puede ponerles piedras en su camino, dificultando su pleno desarrollo y su aprendizaje. Estando en contacto con ellos/as y escuchando sus vivencias del día a día es cuando te das cuenta de los prejuicios constantes a los que se enfrentan, tanto por parte de su grupo de iguales como de los adultos de su alrededor que, en lugar de brindarles un poco de apoyo, comprensión o ayuda, los juzgan sin siquiera conocer sus circunstancias.
¿Qué te aporta la actividad voluntaria?
Ser voluntaria en el Hogar es una oportunidad de participar en la vida de estos menores a los que tanto quiero. Las experiencias que me aportan y lo mucho que me enseñan, es lo que hace que siga queriendo ir cada vez que tengo una oportunidad. Son chicos y chicas muy especiales, con una capacidad de resiliencia abrumadora y una felicidad que te inunda.
¿Recomendarías el voluntariado con menores?
Siempre, no hay nada que te llene más de energía y motivación que hacer voluntariado con menores. Te trasladan a una realidad mucho más bonita y divertida, te saca de la rutina y te pone los pies en la tierra.