Asociación ACCAM

Hace falta más información y formación para acabar con los estereotipos que afectan a los niños, niñas y adolescentes acogidos en los centros de protección de menores.

Esta ha sido una de las conclusiones de la mesa redonda "De dónde vengo, hacia dónde voy", destinada a periodistas organizada por la Asociación Andaluza de Centros Católicos de Ayuda al Menor el miércoles en la Fundación Caja Rural del Sur, en Sevilla.

Este acto surgió, por parte de la asociación ACCAM, con la idea de sensibilizar y ofrecer a los y las profesionales de los medios de comunicación una información especializada sobre el funcionamiento del servicio de protección de menores y el día a día de los chicos y chicas que residen en los hogares, como son conocidos en la asociación. Otros de los objetivos de este evento es reflexionar sobre cómo acabar con los estereotipos y las informaciones confusas o erróneas que existen sobre los/as menores tutelados/as en Andalucía.

La periodista y escritora Marina Bernal, muy sensibilizada con la situación de los menores más vulnerables, fue la encargada de presentar y moderar la mesa redonda que se inició con la intervención de Mari Pepa Bernal, Pedagoga y Jefa de Departamento de Centros de Protección de Menores Delegación Territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad en Cádiz de la Junta de Andalucía.

Mari Pepa cuenta con una amplia experiencia en el ámbito del acogimiento residencial de personas menores donde lleva casi cuatro décadas ligada al mundo de la protección a la infancia. Como técnica del sistema de protección de menores Mari Pepa expuso las diferencias entre dos medidas fundamentales como son la guarda y el desamparo.

La guarda es una medida provisional, temporal, usada en muy pocas ocasiones por la administración y que se produce cuando hay una situación sobrevenida y donde las personas menores no han sufrido ningún tipo de negligencia por parte de sus progenitores o de las personas encargadas de su cuidado. Es cuando se produce una situación puntual que ponen a las personas menores en situación de riesgo. “La entidad pública- explicó Mari Pepa- lo que hace, en estos casos, es asumir su guarda, no su tutela, mientras se subsana esa situación de riesgo, son los propios progenitores los que solicitan que alguien guarde a sus hijos e hijas mientras se resuelve esa emergencia” y aportó algunos ejemplos de ocasiones en la que la administración ejerce la guarda de una persona menor como es la hospitalización urgente de los progenitores, un accidente de tráfico o un desahucio.  

Otra medida es el desamparo donde se retira la custodia a los progenitores y las personas menores pasan a un acogimiento familiar o un acogimiento residencial donde la tutela la tiene la administración.

Uno de los objetivos de este evento era incidir en la diferencia entre centros de protección de menores (CPM) y centros de internamiento de menores infractores (CIMI) ya que, en numerosas ocasiones, en los medios de comunicación, no se hace una clara distinción de ambos recursos lo que produce estereotipos y mitos en la sociedad. “Los centros de protección de menores son aquellos lugares donde se acoge, no se interna, y se acompaña a esa persona menor desde que entra en ese hogar, en esa casa, hasta que sale”. Es un lugar, el recurso residencial, donde se le hace un acompañamiento integral a ese niño a esa niña y donde se le cubre todas sus necesidades tanto física como psicológicas y educativas.  Y quiso resaltar que “sobre todo y fundamentalmente, vamos a intentar que sean y estamos en ello, que sean lugares y ambientes seguros para su desarrollo”. Estos niños, niñas y adolescentes son menores vulnerables a los que hay que cuidar y proteger.

En el caso de los CIMI quien actúa es la Justicia y en los CPM lo hace la Administración. Las personas menores que están en este recurso han cometido algún delito. “Este tipo de centros tienen diferentes tipologías (abiertos, semiabiertos, cerrados) y se combinan la sanción con la reeducación”, aclaró Mari Pepa.

En respuesta a la pregunta de cómo se puede acabar con los mitos y estereotipos que les llega a la sociedad, a través de los medios de comunicación, sobre los niños, niñas y adolescentes de los centros de protección, Bernal resalta la importancia de llevar a cabo jornadas de sensibilización como las que ha organizado a ACCAM para los y las periodistas: “cuanta más información tengan estos profesionales y cuanta más información seamos capaces de transmitir habrá un mayor éxito de comprensión de esta situación”.

La vida en los hogares

La encargada de contar el día de los centros, de dar a conocer cómo son los chicos y las chicas que residen en estos hogares fue Virginia Artacho, religiosa filipense, presidenta de ACCAM desde 2024 y directora del Hogar Buen Pastor de Córdoba. A Virginia le gusta llamar a su centro, casa, “nuestra casa es una casa normal, como cualquier otra casa”, y añade, “en mi casa no hay ningún/a menor infractor pero la gente se echa para atrás cuando alguna de las chicas de la casa dice que vive en un centro de menores”.  

Virginia relató cómo es el día a día en su casa, “como en una casa normal; cada una se levanta a la hora que le toque para ir al colegio o al instituto, tenemos una organización mínima para organizar los horarios de ducha, el desayuno o las comidas, entran y salen, van la playa…lo normal de una casa”.

Durante su intervención Virginia resaltó la importancia de contar con más medios tanto económicos como de profesionales para responder a las necesidades que tienen los chicos y chicas acogidos en los centros de protección, “estos niños, niñas y adolescentes necesitan más, vienen con una mochila de experiencias muy traumáticas y de situaciones muy complicadas”

La voz de los niños y niñas del sistema de protección

Uno de las intervenciones más esperadas fue la de María Steelman, una joven estudiante y actriz sevillana que vivió desde los 8 hasta los 18 años en un centro de protección de menores y un año en un piso de mayoría de edad gestionado por ACCAM. María contó en primera persona cómo vivió su llegada al centro y cómo le afecta, en su día a día, y sobre todo durante su infancia y adolescencia, las informaciones que salen en los medios de comunicación relacionadas con los/as menores tutelados/as. “Hay que diferenciar los centros de menores, no todos somos iguales, por culpa de eso se nos incrimina y también se nos aparta porque hay mucho desconocimiento” Y añadió, “a costa de vender titulares se juega con la felicidad de un niño. Yo he vivido mis primeros años de primaria sin apenas amigos porque no entendían por qué estaba en un centro, me preguntaban que qué había hecho”.

Para María es fundamental, ya que ella ha vivido ese rechazo por desconocimiento, que haya más información “ya que se teme lo que no se conoce” y lanzó una propuesta, “igual que se da una charla sobre redes sociales en el colegio se dé una charla sobre los centros de protección de menores ya que, como mínimo, en cada centro educativo, creo yo, hay un niño o una niña que viene del sistema de protección”.

Y a los profesionales de los medios de comunicación le diría que “diferenciarán entre los tipos de centros ya que cuando nos engloban a todos en el mismo centro (centro de menores) hacen que una noticia que puede ser de una persona menor que ha cometido un acto delictivo incluya también a los niños y niñas que están en los centros de protección”.

El papel de los medios de comunicación

Emilio Maíllo, periodista y coeditor del programa “Solidarios” de Canal Sur Televisión aportó su experiencia como profesional de los medios. Para este periodista, dedicado al periodismo social desde hace varios años, en los medios “falta información y falta tiempo. Si tengo tiempo a la hora de informar, de buscar a la fuente oportuna que me informe, que me cuente y yo, como periodista, tengo tiempo de asimilar, de escribir, ordenar y contextualizar, cuidar el lenguaje…entonces esa información será una información acertada y respetuosa”. Es consciente de que en el día a día de los/as periodistas es complicado esto ya que no hay tiempo, la noticia tiene que salir rápido.

Para el periodista es importante cuidar el lenguaje, hacer más noticias en positivo, ser preciso a la hora de informar y dar voz a los/as menores más vulnerables aunque esto es complicado ya que,  en el caso de los niños, niñas y adolescentes de los centros de protección, hace falta el permiso de la administración que es la que tiene la tutela: “es fundamental dar voz a los/as menores como así lo dice la Convección de la Infancia y Adolescencia porque ellos/a no son sujetos pasivos sino activos de derechos”.

Desde el programa “Solidarios” han querido contribuir a acabar con los estereotipos a través del reportaje “La pesada mochila” donde pudieron contar el día a día de dos centros de protección de menores gestionados por ACCAM en la provincia de Cádiz.

Esta mesa redonda forma parte de las jornadas de sensibilización y formación para profesionales que organiza ACCAM dentro de los actos conmemorativos del 25 aniversario de la asociación.

El próximo jueves 27 de noviembre tendrá lugar una nueva jornada formativa destinada al profesorado. La cita es en Málaga, a las 17:00 en la sede de las Reales Cofradías Fusionadas.

Esta mesa redonda forma parte de las jornadas de sensibilización y formación para profesionales que organiza ACCAM dentro de los actos conmemorativos del 25 aniversario de la asociación.

 

El próximo jueves 27 de noviembre tendrá lugar una nueva jornada formativa destinada al profesorado, en Málaga, a las 17:00 en la sede de las Reales Cofradías Fusionadas.